Us convido a llegir l’anàlisi del meu
amic Rafael
G.C., Pacta
servanda sunt (els acords han de ser preservats), publicat el dia 1 d’octubre
de 2022, a NUEVA TRIBUNA.
Entre altres coses diu: “... No podemos saber qué nos deparará en el
futuro más o menos próximo esta infame guerra iniciada por la Rusia de Putin,
“ni lo pretendiera”, que diría Camarón, lo único que sabemos es
que, si queremos la paz, entonces debemos llenar de significado
performativo nuestro discurso, pues la gramática no tiene -y por mucho que
se empeñen los filósofos del lenguaje: nunca ha tenido- ese glamour escocés, esa magia, ese
talento para alterar la realidad como si fuera un hechizo de brujería. Un
pacto, cualquier pacto, todo pacto, en tanto que acto del lenguaje, deviene
“realizativo” siempre y cuando exista una coerción creíble, autónoma o
heterónoma, que obligue a las partes a respetarlo. [...]Si quieres la paz, prepara las leyes. Y prepara quien las defienda, a
la paz y a las leyes...”
I finalitza
amb la idea que Si vis pacem para
legem (si vols pau prepara la llei). Potser el problema rau
en qui, com i de quina manera s’aplica aquesta idea en el món actual.